En la avicultura participan un significativo número de pequeños y medianos productores, que junto a las grandes empresas, generan unos 9,400 empleos directos-permanentes y unos 75,200 empleos indirectos. Tiene un número plural de fincas y plantas de procesos, diseminadas en todo el país, en áreas rurales y urbanas, permitiéndole ofrecer empleo en ambas áreas y convertirse casi siempre en polos de desarrollo. Gran parte del empleo avícola se genera en zonas rurales, en donde la participación de la mujer es relevante, lo que se traduce en una contribución constante de la avicultura al desarrollo y a la erradicación de la pobreza. La avicultura es soporte para el sector agrícola, y otros sectores afines, proveedores de materias primas e insumos. Los precios de las presentaciones o cortes de carne de pollo se mantienen por debajo del encarecimiento general de la economía.